ELLA BUSCA MANUTENCION...Y YO TAMBIEN


ELLA BUSCA MANUTENCION...Y YO TAMBIEN


A ella no le importó que esa noche le hiciera el amor sin llegar a la copulación. Tantos años sin vernos después de aquel episodio tras la puerta de mi apartamento en una de las calles principales de Praga, donde el osco arrendatario llegó a cobrar justo a la hora en que nos acomodábamos para despedirnos como Dios manda y ahora que la veía con varios hijos ya y un divorcio de por medio, nos habíamos mirado con reservas y bebido vino hasta emborracharnos antes de llegar a esa cama en un hotel de las afueras de San Francisco.

Odio mi problema de eyaculación precoz. Ella no se si se dio cuenta de ese pequeño defecto, pero si lo hizo, tuvo la delicadeza de no hacerme sentir mal y siguió repitiendo en mi oído que me amaba y haciendo movimientos como si realizáramos una intensa copula, que no existía más que en nuestra imaginación.

Habían pasado años, al menos una década de que había venido a mi oficina en Praga a conocerme por la difusión que tuvieron unos versos míos publicados en un diario local, que ella leyó por casualidad, pero identificó de inmediato como de origen latino y según dice ella, se sintió parte de las imágenes de esos versos. Ubicarme fue fácil, sólo llamar al diario pedir mi teléfono, llamar como una admiradora que quiere conocer al poeta y la cita se hizo. Sin embargo, mi primera impresión fue de desconfianza. Una paisana que me busca tan lejos de la patria. ¿no estará buscando un padre para su hijo o una manutención?. Era linda sin embargo y aunque era medio día hacía mucho frío.

No me engaño y me reveló de inmediato su relación con un político checo, miembro de la nomenclatura y a la vez con oficio policiaco. Motivo más que suficiente para poner distancia, pero aún así caminamos y desde ese día leímos muchos libros juntos. Recuerdo uno de Charles Bukowski, que ella decía en voz alta acostada en la cama y del cual yo hacía comentarios. Yo pude ser él, dije de repente y ella río y cerró el libro.

Su presencia me excitaba pero no me atrevía a ponerle una mano encima. La policía checa estaba en ese entonces por todos lados y tenía bajo vigilancia a todos sus políticos. Peor aún, en Praga era permitido matar a alguien si lo sorprendías en pleno acto sexual con tu pareja.

Fueron muchas noches y días de lecturas de poemas ajenos y propios, algunos de ellos dedicados a ella, pero nunca hicimos el amor, a pesar de las múltiples insinuación entre ambos.

Por eso ese día que sonó mi teléfono durante aquel viaje de negocios a Los Ángeles que hice para ver a un editor que me proponía traducir mi última novela al francés y al italiano, no obstante que eran las 3 de la mañana, no dudé en rentar un auto y salir corriendo a encontrarla en el Farallón de del 450 Post Street, en San Francisco, donde saboreamos exquisitos mariscos con buen vino blanco de la casa, hasta acabar ebrios buscando un espacio en uno de los rascacielos desde donde se dominara el Golden Gate.

Se que estuvimos en la cama diciendo cosas románticas, sin hablar de poemas, reprochándonos mutuamente nuestra falta de valor para habernos unido antes y formar una familia; se que frotamos nuestros cuerpos bajo las sábanas y se que no tuve cópula con ella a pesar de que lo deseaba con todo el alma.

¿A que viene entonces la pregunta de ella ahora sobre si le penetré o no?

Sigo pensando que es porque busca un padre para sus hijos o una manutención. Tal vez ahora tenga el valor de complacerla. Total ahora está sola y yo también.

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