¿Derechos humanos?
Ahora vengo a este pueblo mixteco a mirarla de nuevo; han pasado 2 años, ella debe tener 17, más o menos, nunca me dijo su edad, pero por el cuerpo y por el uniforme uno puede calcular. Bueno, eso es un decir ¿Cómo calcular si aquí los valores son tan distintos a los de la ciudad donde vivo? Aquí los hombres no llegan a superar los 160 centímetros, las mujeres el metro y medio; aquí no hay gordas, la grasa no se acumula en el abdomen, no porque tengan una muy buena nutrición, sino precisamente por lo contrario, aquí se come lo que se puede y la carne apenas una o dos veces al mes, cuando bien les va y la cosecha se logra y se da el maíz blanco o la jamaica, la papaya, la calabaza, la sandía, siempre y cuando el cielo quiera y se acuerde ellos y les mande una lluviecita a tiempo y que los gobiernos les entreguen también con tiempo el fertilizante que la mayoría de las veces se queda apilado sobre la carretera, donde se los deja el transporte del cacique contratado por el gobierno a tarifas mucho más elevadas del costo que cobraría cualquier otro transportista, que sin embargo están impedidos de participar en estas actividades exclusivas del cacique por decenios, gobierne el partido que gobierne, porque ese es uno de los acuerdos básicos de la gobernabilidad en este estado, el cacique debe participar en la obra pública, en la seguridad privada, en el tráfico de madera, en la compra-venta de productos agrícolas y en especial en el transporte de los fertilizantes que se hacen con dinero aportado ya sea por las comunidades o por los gobiernos estatal y municipales. De no hacerlo, la entidad sería ingobernable. Son los pactos de civilidad que nunca se firman, pero se cumplen al pie de la letra para que un candidato, sea del partido que sea, pueda ganar un puesto de elección popular, desde el regidor, el presidente municipal, el diputado local, el diputado federal y el senador y aquel que se quiere salir lo matan, lo aniquilan políticamente, lo condenan al ostracismo por años hasta que entiende su error, pide disculpas y le permiten volver a empezar desde abajo o bien, lo aniquilan físicamente, no es improbable, sobre todo en estas tierras alejadas de la mano de Dios. Parece una blasfemia, no hay sitios alejados de la mano de Dios, porque Dios es omnipresente, es decir, está en todos lados, lo es todo, pero a veces mira uno estas tierras mezquinas, estos ríos casi extinguidos, los cerros empinados, las nubes huidizas, el progreso tan lejano, que uno blasfema diciendo que está lejos la mano de Dios, cuando en realidad lo que está lejos es la mano del hombre, la civilización, la mano en todo caso, del Dios Progreso, del dios dinero, del dios gobierno. Vaya hasta que le atiné, si, es el dios dinero el que está lejos de estos lugares donde el sol parece que calienta más, el polvo ennegrece rápidamente la cara y hasta el agua que sale de la llave es obscura.
El fertilizante que es tan demandado y les lleva a veces a pasar días enteros comiendo algo de tortilla dura que llevan en sus itacates o sin comer nada, afuera de las oficinas de gobierno encargadas de dotarlo, para conseguir una ficha o ser anotado en una lista, aunque para ello halla que dejar la credencial de elector o comprometerse a votar por el partido que gobierna, días y días, caminando, porque el dinero por lo general es insuficiente, se queda ahí, en la orilla de la carretera porque llega cuando ya las lluvias pasaron. El gobierno local alega que nunca tiene el dinero a tiempo por los vericuetos de la burocracia que o tienen que aprobar en el gobierno federal, pero casi nunca informa que cuando llega lo mete a plazos a un banco donde genera intereses que se acumulan en las cuentas bancarias personales de los gobernadores en turno. ¿Qué mas da un mes m´ñas o un mes menos? De todos modos les entregamos el fertilizante, dijo una vez un funcionario en una rueda prensa cuestionado por un reportero sobre las fechas de entrega, si ellos no lo usan es su problema, eso es lo que yo digo, es su problema, porque no los entiendo, tanto que joden a pide a pide, porque creen que el gobierno les debe resolver su pobreza, para que cuando se los entregamos nomás porque ya es octubre y las lluvias ya se fueron, ahí lo dejan hacerse piedra a orilla de carretera. Son unos desperdiciados, unos malagradecidos, unos incivilizados, no se cuando van a aprender a ser gente de bien.
Aquí las tallas son diferentes, un hombre de 40 parece un viejito de 80, casi completamente encorvado y en cambio una mujer de 20 parece una niña de 15, porque sus pechos apenas van floreciendo, sus caderas planas, sin grasa, se ensanchan más por el efecto del abuso sexual a que son sometidas desde muy pequeñas, que por la grasa, otra vez pienso en la grasa ausente, ¿Cómo van a tener grasa si sólo comen carne una vez al mes o al año? Si sólo pueden comer frijoles, arroz, flor de calabaza, el maíz que cosechan o del amarillo que compran en la Conasupo, mucho más barato que el blanco que ellos producen; o los hongos que recolectan entre el musgo de algunos árboles o de los olotes envejecidos en las milpas; el plátano el coco y algo asombroso que he encontrado aquí, el árbol del pan, le llaman, un árbol silvestre, con un tipo de tallo poroso que se le echa a la olla de los frijoles y le da un sabor especial, como a pan y da la impresión de que no sólo estás comiendo el frijol y ese árbol abunda por estos rumbos, gracias a Dios.
Aquí los valores son otros, no se pueden aplicar los mismos que para mi en mi ciudad, donde gano más de 15 mil al mes y puedo tener aire acondicionado en mi casa, auto a la puerta, enfriador de la despensa, calentador de agua, habitaciones separadas para cada miembro de la familia y comer de acuerdo a una tabla e inclusive tirar a la basura lo que no me guste. Y luego ir con quien me asiste para que me diga cuantos brinquitos debo dar antes de acostarme, cuantas veces debo levantar los brazos y mover la cabeza de un lado y de otro y caminar sin salir de casa, en mi caminadora eléctrica, para que la grasa no se me acumule en el cuerpo y medirme la presión y anotarme en los retos de la salud.
Nada qué ver en esta tierra del árbol del pan, donde uno no puede pensar en los derechos políticos, nada de libertad de pensamiento, porque te matan los caciques, ni libertad de voto, porque cada vez que hay elecciones, más que importarles q8ien gane, les importa quien viene a sus comunidades y les regala láminas de cartón, tinacos, paquetes escolares, becas para los niños, despensas, ¿te imaginas lo que representa un kilo de frijol, otro de arroz, otro de azúcar cuando yo compraría azúcar en estas tierras, sino fuera por la que llega en las despensas cada que hay elecciones, y el litro de aceite y el detergente burbujeante, no del que vende conasupo sino del que hace mucha espuma y hasta transforma en lavadora cualquier cubeta sencilla. Es una buena época la época d elecciones, porque también llegan la pastas para sopa, los atunes, las sardinas y ¿saben que´? También vienen brigadas médicas gratuitas, nos arreglan los caminos, nos hacen aulas o nos techan las comisarías. Ojalá hubiera elecciones cada mes. En eso debe haber pensado ese gran político que fue gobernador y que luego mataron en la ciudad de México, ese al que cada año le hacen homenajes, porque él fue quien dividió las elecciones de diputados y presidentes municipales por un lado y de gobernador por el otro y de diputados federales y de presidente de la república y de senadores en otro momento, al menos cuatro o cinco elecciones en el año, cuatro o cinco oportunidades de recibir despensas, dinero, comida, tortas, abrir caminos, playeras o sobreros, cubetas, escobas, en fin tantas cosas, que a veces hasta fertilizantes lo programas para los viejitos incluyen, nomás nos queda esperar que nos duren para los meses en que no hay elecciones y así la podemos ir pasando de elección en elección.
Qué importa que partido sea, de todos modos tienen que venir a pedirnos el voto y a traernos algo que nos sea de utilidad. Nuestro derecho es a pedir cada vez más, a vender cada vez más caro nuestro voto, ese es nuestro derecho a la vida, ni importa el color o la ideología del partido que llegue a gobernar todos son iguales.
Todo con la simple encomienda de no cambiarnos mientras ellos gobiernen , de no pensar en otra cosa, de no escuchar a otros, de votar por ellos cuando nos lo pidan. Ese es nuestro derecho, el de ellos es pedirnos que cumplamos con el voto a favor de ellos.
Además, con esa ayuda ya ni es necesario hacer producir la tierra, podemos vivir borrachos todo el tiempo, aunque sea con alcohol del de 96, que cuesta seis pesos el cuartito.
Y escoger a la niña que podemos vender y para eso hay que embarazar seguido a nuestras esposas, para tener muchas niñas, cada una representa unos 50 mil pesos, por cada caciquillo que viene a buscarlas y además es una boca menos que mantener en la familia, de no ser así ahí esta el ministerio píublico para demandarlos por abuso sexual o por violación y el perdón les costará más de los 50 mil pesos porque ya nos hizo dar vueltas y papeleo y pagar un abogado.
¿Quién dice que las mujeres tienen derechos? A no ser que sean sus pies el contrario del izquierdo, o el borde de sus enaguas o de sus vestidos, esos son todos sus derechos, como decía
Los derechos como el de esta niña de 10 o 11 años, con su largo pelo negro, untado con no se qué aceite y con esas prendas sexys, compradas en barata en el mercado del zócalo y esa pantaletita de a 10 pesos la docena y ese pubis impúber, que se abre para que los hombres se vengan rápido y le paguen de inmediato 500 pesos por ella, mientras ella ve su telenovela favorita, impasible, sin pensar que eso sea un sacrificio, sino un trabajo, solo eso, con el que sacan para comer y poder estudiar.
Los padres las entregan a quien les da dinero o ganado, las entregan, y no lo ven mal, es su derecho ¿es acaso un derecho? Y no es mal visto socialmente en su comunidad, venden su voto, cuelgan flores de los cuellos de los autoridades que los visitan o de los políticos que van a verlos, a cambio de dinero o bienes o servicios o comida, a cambio de la vida ¿no es la vida el derecho fundamental al que se subordinan los demás derechos?
Entonces aquí no se violan los derechos humanos, se sacrifican todos a cambio del fundamental, del derecho a la vida.
Y quien viene a darles dinero, artículos, despensas, programas sociales o comida a cambio de su voto ¿es un delincuente electoral o es un benefactor? ¿Quién paga por sus niñas y permite con ese dinero comprar comida para un año o hacerse de un buey o de semilla para sembrar o de herramienta o que el resto de la familia sobreviva, ¿es un delincuente o un benefactor?
En Acapulco, o Chilpancingo es un delito, sin duda, pero aca en la Montaña, en estas comunidades lejanas del progreso social y del empleo y de la lluvia y de los servicios, ¿lo es?
Creo que estoy haciendo todas estas disertaciones para conmiserarme de mi mismo, para perdonarme, para justificar mi vileza de haber estado frente a esa niña y no haber llamado a la PGR y denunciado la trata de blancas. Soy un cobarde, un tipo de baja estofa que se justifica, pero a ver: si viene la PGR y se lleva al Pachuco y libera ¿libera? a las niñas que ahí se prostituyen, que les deja a cambio a sus familias. Qué opción de sobrevivir les da, Ninguna a esa casa vendrá un nuevo Pachuco y nuevas niñas querrán ocupar las vacantes y los papás harán fila para tener un lugar para que sus hijas ganen dinero y les ayuden y se ayuden y puedan estudiar y algún día ser alguien en la vida.
Soy bueno inventándome justificaciones, con este discurso podría engañar a cualquiera, pero no a mi mismo Dios mío, perdóname. Soy tan vil que no lo merezco, lo sé, pero soy tu hijo ¡y soy tan débil!
Ahora vengo a este pueblo mixteco a mirarla de nuevo; han pasado 2 años, ella debe tener 17, más o menos, nunca me dijo su edad, pero por el cuerpo y por el uniforme uno puede calcular. Bueno, eso es un decir ¿Cómo calcular si aquí los valores son tan distintos a los de la ciudad donde vivo? Aquí los hombres no llegan a superar los 160 centímetros, las mujeres el metro y medio; aquí no hay gordas, la grasa no se acumula en el abdomen, no porque tengan una muy buena nutrición, sino precisamente por lo contrario, aquí se come lo que se puede y la carne apenas una o dos veces al mes, cuando bien les va y la cosecha se logra y se da el maíz blanco o la jamaica, la papaya, la calabaza, la sandía, siempre y cuando el cielo quiera y se acuerde ellos y les mande una lluviecita a tiempo y que los gobiernos les entreguen también con tiempo el fertilizante que la mayoría de las veces se queda apilado sobre la carretera, donde se los deja el transporte del cacique contratado por el gobierno a tarifas mucho más elevadas del costo que cobraría cualquier otro transportista, que sin embargo están impedidos de participar en estas actividades exclusivas del cacique por decenios, gobierne el partido que gobierne, porque ese es uno de los acuerdos básicos de la gobernabilidad en este estado, el cacique debe participar en la obra pública, en la seguridad privada, en el tráfico de madera, en la compra-venta de productos agrícolas y en especial en el transporte de los fertilizantes que se hacen con dinero aportado ya sea por las comunidades o por los gobiernos estatal y municipales. De no hacerlo, la entidad sería ingobernable. Son los pactos de civilidad que nunca se firman, pero se cumplen al pie de la letra para que un candidato, sea del partido que sea, pueda ganar un puesto de elección popular, desde el regidor, el presidente municipal, el diputado local, el diputado federal y el senador y aquel que se quiere salir lo matan, lo aniquilan políticamente, lo condenan al ostracismo por años hasta que entiende su error, pide disculpas y le permiten volver a empezar desde abajo o bien, lo aniquilan físicamente, no es improbable, sobre todo en estas tierras alejadas de la mano de Dios. Parece una blasfemia, no hay sitios alejados de la mano de Dios, porque Dios es omnipresente, es decir, está en todos lados, lo es todo, pero a veces mira uno estas tierras mezquinas, estos ríos casi extinguidos, los cerros empinados, las nubes huidizas, el progreso tan lejano, que uno blasfema diciendo que está lejos la mano de Dios, cuando en realidad lo que está lejos es la mano del hombre, la civilización, la mano en todo caso, del Dios Progreso, del dios dinero, del dios gobierno. Vaya hasta que le atiné, si, es el dios dinero el que está lejos de estos lugares donde el sol parece que calienta más, el polvo ennegrece rápidamente la cara y hasta el agua que sale de la llave es obscura.
El fertilizante que es tan demandado y les lleva a veces a pasar días enteros comiendo algo de tortilla dura que llevan en sus itacates o sin comer nada, afuera de las oficinas de gobierno encargadas de dotarlo, para conseguir una ficha o ser anotado en una lista, aunque para ello halla que dejar la credencial de elector o comprometerse a votar por el partido que gobierna, días y días, caminando, porque el dinero por lo general es insuficiente, se queda ahí, en la orilla de la carretera porque llega cuando ya las lluvias pasaron. El gobierno local alega que nunca tiene el dinero a tiempo por los vericuetos de la burocracia que o tienen que aprobar en el gobierno federal, pero casi nunca informa que cuando llega lo mete a plazos a un banco donde genera intereses que se acumulan en las cuentas bancarias personales de los gobernadores en turno. ¿Qué mas da un mes m´ñas o un mes menos? De todos modos les entregamos el fertilizante, dijo una vez un funcionario en una rueda prensa cuestionado por un reportero sobre las fechas de entrega, si ellos no lo usan es su problema, eso es lo que yo digo, es su problema, porque no los entiendo, tanto que joden a pide a pide, porque creen que el gobierno les debe resolver su pobreza, para que cuando se los entregamos nomás porque ya es octubre y las lluvias ya se fueron, ahí lo dejan hacerse piedra a orilla de carretera. Son unos desperdiciados, unos malagradecidos, unos incivilizados, no se cuando van a aprender a ser gente de bien.
Aquí las tallas son diferentes, un hombre de 40 parece un viejito de 80, casi completamente encorvado y en cambio una mujer de 20 parece una niña de 15, porque sus pechos apenas van floreciendo, sus caderas planas, sin grasa, se ensanchan más por el efecto del abuso sexual a que son sometidas desde muy pequeñas, que por la grasa, otra vez pienso en la grasa ausente, ¿Cómo van a tener grasa si sólo comen carne una vez al mes o al año? Si sólo pueden comer frijoles, arroz, flor de calabaza, el maíz que cosechan o del amarillo que compran en la Conasupo, mucho más barato que el blanco que ellos producen; o los hongos que recolectan entre el musgo de algunos árboles o de los olotes envejecidos en las milpas; el plátano el coco y algo asombroso que he encontrado aquí, el árbol del pan, le llaman, un árbol silvestre, con un tipo de tallo poroso que se le echa a la olla de los frijoles y le da un sabor especial, como a pan y da la impresión de que no sólo estás comiendo el frijol y ese árbol abunda por estos rumbos, gracias a Dios.
Aquí los valores son otros, no se pueden aplicar los mismos que para mi en mi ciudad, donde gano más de 15 mil al mes y puedo tener aire acondicionado en mi casa, auto a la puerta, enfriador de la despensa, calentador de agua, habitaciones separadas para cada miembro de la familia y comer de acuerdo a una tabla e inclusive tirar a la basura lo que no me guste. Y luego ir con quien me asiste para que me diga cuantos brinquitos debo dar antes de acostarme, cuantas veces debo levantar los brazos y mover la cabeza de un lado y de otro y caminar sin salir de casa, en mi caminadora eléctrica, para que la grasa no se me acumule en el cuerpo y medirme la presión y anotarme en los retos de la salud.
Nada qué ver en esta tierra del árbol del pan, donde uno no puede pensar en los derechos políticos, nada de libertad de pensamiento, porque te matan los caciques, ni libertad de voto, porque cada vez que hay elecciones, más que importarles q8ien gane, les importa quien viene a sus comunidades y les regala láminas de cartón, tinacos, paquetes escolares, becas para los niños, despensas, ¿te imaginas lo que representa un kilo de frijol, otro de arroz, otro de azúcar cuando yo compraría azúcar en estas tierras, sino fuera por la que llega en las despensas cada que hay elecciones, y el litro de aceite y el detergente burbujeante, no del que vende conasupo sino del que hace mucha espuma y hasta transforma en lavadora cualquier cubeta sencilla. Es una buena época la época d elecciones, porque también llegan la pastas para sopa, los atunes, las sardinas y ¿saben que´? También vienen brigadas médicas gratuitas, nos arreglan los caminos, nos hacen aulas o nos techan las comisarías. Ojalá hubiera elecciones cada mes. En eso debe haber pensado ese gran político que fue gobernador y que luego mataron en la ciudad de México, ese al que cada año le hacen homenajes, porque él fue quien dividió las elecciones de diputados y presidentes municipales por un lado y de gobernador por el otro y de diputados federales y de presidente de la república y de senadores en otro momento, al menos cuatro o cinco elecciones en el año, cuatro o cinco oportunidades de recibir despensas, dinero, comida, tortas, abrir caminos, playeras o sobreros, cubetas, escobas, en fin tantas cosas, que a veces hasta fertilizantes lo programas para los viejitos incluyen, nomás nos queda esperar que nos duren para los meses en que no hay elecciones y así la podemos ir pasando de elección en elección.
Qué importa que partido sea, de todos modos tienen que venir a pedirnos el voto y a traernos algo que nos sea de utilidad. Nuestro derecho es a pedir cada vez más, a vender cada vez más caro nuestro voto, ese es nuestro derecho a la vida, ni importa el color o la ideología del partido que llegue a gobernar todos son iguales.
Todo con la simple encomienda de no cambiarnos mientras ellos gobiernen , de no pensar en otra cosa, de no escuchar a otros, de votar por ellos cuando nos lo pidan. Ese es nuestro derecho, el de ellos es pedirnos que cumplamos con el voto a favor de ellos.
Además, con esa ayuda ya ni es necesario hacer producir la tierra, podemos vivir borrachos todo el tiempo, aunque sea con alcohol del de 96, que cuesta seis pesos el cuartito.
Y escoger a la niña que podemos vender y para eso hay que embarazar seguido a nuestras esposas, para tener muchas niñas, cada una representa unos 50 mil pesos, por cada caciquillo que viene a buscarlas y además es una boca menos que mantener en la familia, de no ser así ahí esta el ministerio píublico para demandarlos por abuso sexual o por violación y el perdón les costará más de los 50 mil pesos porque ya nos hizo dar vueltas y papeleo y pagar un abogado.
¿Quién dice que las mujeres tienen derechos? A no ser que sean sus pies el contrario del izquierdo, o el borde de sus enaguas o de sus vestidos, esos son todos sus derechos, como decía
Los derechos como el de esta niña de 10 o 11 años, con su largo pelo negro, untado con no se qué aceite y con esas prendas sexys, compradas en barata en el mercado del zócalo y esa pantaletita de a 10 pesos la docena y ese pubis impúber, que se abre para que los hombres se vengan rápido y le paguen de inmediato 500 pesos por ella, mientras ella ve su telenovela favorita, impasible, sin pensar que eso sea un sacrificio, sino un trabajo, solo eso, con el que sacan para comer y poder estudiar.
Los padres las entregan a quien les da dinero o ganado, las entregan, y no lo ven mal, es su derecho ¿es acaso un derecho? Y no es mal visto socialmente en su comunidad, venden su voto, cuelgan flores de los cuellos de los autoridades que los visitan o de los políticos que van a verlos, a cambio de dinero o bienes o servicios o comida, a cambio de la vida ¿no es la vida el derecho fundamental al que se subordinan los demás derechos?
Entonces aquí no se violan los derechos humanos, se sacrifican todos a cambio del fundamental, del derecho a la vida.
Y quien viene a darles dinero, artículos, despensas, programas sociales o comida a cambio de su voto ¿es un delincuente electoral o es un benefactor? ¿Quién paga por sus niñas y permite con ese dinero comprar comida para un año o hacerse de un buey o de semilla para sembrar o de herramienta o que el resto de la familia sobreviva, ¿es un delincuente o un benefactor?
En Acapulco, o Chilpancingo es un delito, sin duda, pero aca en la Montaña, en estas comunidades lejanas del progreso social y del empleo y de la lluvia y de los servicios, ¿lo es?
Creo que estoy haciendo todas estas disertaciones para conmiserarme de mi mismo, para perdonarme, para justificar mi vileza de haber estado frente a esa niña y no haber llamado a la PGR y denunciado la trata de blancas. Soy un cobarde, un tipo de baja estofa que se justifica, pero a ver: si viene la PGR y se lleva al Pachuco y libera ¿libera? a las niñas que ahí se prostituyen, que les deja a cambio a sus familias. Qué opción de sobrevivir les da, Ninguna a esa casa vendrá un nuevo Pachuco y nuevas niñas querrán ocupar las vacantes y los papás harán fila para tener un lugar para que sus hijas ganen dinero y les ayuden y se ayuden y puedan estudiar y algún día ser alguien en la vida.
Soy bueno inventándome justificaciones, con este discurso podría engañar a cualquiera, pero no a mi mismo Dios mío, perdóname. Soy tan vil que no lo merezco, lo sé, pero soy tu hijo ¡y soy tan débil!
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