Armando Chavarría, el trunco camino a la gubernatura para la izquierda
Julio Zenón Flores Salgado
El asesinato del político guerrerense Armando Chavarría Barrera, ocurrido el pasado 20 de agosto de 2009, fue a la vez la muerte de un proyecto para que la izquierda por fin gobernara Guerrero, un estado cuya historia está ligado a episodios revolucionarios, con cientos de desaparecidos, con grupos guerrilleros, en la etapa reciente y con importantes movimientos sociales y populares. Un estado bronco, agreste, de gente que lucha y que sólo gracias a la represión sistemática, selectiva y en ocasiones masiva, ha podido ser controlado por los caciques que aún hoy siguen determinando su rumbo político.
Armando Chavarría provenía del ala radical de la izquierda de esta entidad. De joven fue dirigente de la Federación Universitaria Guerrerense (FEUG) en la época en que ser universitario era casi cometer un delito, pues la universidad, dirigida por el tres veces rector, Rosalío Wences Reza, daba cobijo a grupos radicales que militaban o simpatizaban con grupos armados guerrilleros.
La FEUG en esa época fue el bastión de los grupos juveniles que se alineaban a la izquierda del viejo Partido Comunista Mexicano (PCM) y que era calificado como reformista.
De hecho Chavarría se formó en un segmento de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) brazo político de los grupos armados que en sus antecedentes habían sido fundados por Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos.
Varios de los compañeros de generación de Armando, ´permanecen hasta la fecha desaparecidos por el régimen político de entonces, debido a su activismo radical.
Armando Chavarría caminó junto a los grupos que a fines de los años 70 y mediados de los 80, decidieron dejar las armas y dar la lucha política, en las condiciones de apertura que apenas se iban dando en el régimen político mexicano, por eso hizo amistad y tuvo cercanía ideológica con ex miembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre, del Partido de los Pobres, de la Línea de Masas. Su perfil era pues de un luchador de izquierda, de la izquierda de la izquierda.
Cuando lo mataron era el más claro militante perredista con posibilidades de convertirse en candidato y muy probablemente en gobernador de su estado.
Había varios argumentos que apuntaban en ese sentido: era el líder del grupo denominado Polo Guerrerense de Izquierda (PGI), en ese entonces el más sólido de los grupos internos perredistas y mantenía una inmejorable relación con los dirigentes de Nueva Izquierda (NI) a la sazón dirigentes nacionales del perredismo.
Su carácter dialoguista y negociador, le hacía ser el único capaz de unificar a las corrientes internas más importantes del PRD de la entidad, gracias a eso fue nombrado de inmediato presidente del Congreso Local, en cuanto fue electo como integrante de esta legislatura.
El único contrapeso que tenía en el PRD era el grupo del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, quien sin embargo, tenía un compromiso moral con Chavarría Barrera, contraído cuando aquel, una vez que perdió la elección interna en el 2005, frente a Zeferino, admitió sin problemas su derrota (obtuvo el 22 por ciento de los votos) y se sumó a la campaña del ahora gobernador, haciendo posible su triunfo.
Su capacidad para unificar a los grupos internos, el compromiso moral del gobernador de apoyarlo para que fuera el candidato perredista y su capacidad de estratega, probada en la construcción del PGI, lo hacían sin duda el casi seguro candidato del PRD a la gubernatura.
Pero además, su propia capacidad de concertación con grupos priistas, del PT de Convergencia y del PAN, lo hacían también un aspirante con muchas probabilidades de llegar a ser gobernador.
De hecho, Armando Chavarría había comenzado a trabajar una alianza con el PAN y con grupos priistas de alcance estatal. Fue un visionario que ya desde el año pasado, cuando muchas voces se alzaban contra la posibilidad de las alianzas PAN-PRD, él las impulsaba como forma de detener el acelerado crecimiento de la influencia priista en la entidad, que amenazaba con recobrar el gobierno estatal.
Así las cosas, Armando Chavarría Barrera, aparecía como el único viable para impedir el regreso del PRI al gobierno del estado.
Su asesinato tiene pues una repercusión directa en el proceso electoral actual en Guerrero, pues su ausencia ha propiciado la división en cinco precandidaturas, difícilmente conciliables y por ende, que llevan claramente por el camino de la derrota al PRD y con ello al regreso tricolor al poder ejecutivo estatal.
Ante su ausencia, el PGI determinó continuar el proyecto de Chavarría de buscar la gubernatura para la izquierda, en la figura de quien fuera su segundo de bordo y después de él, el personaje más prominente de ese grupo: el senador David Jiménez Rumbo, pero las otras corrientes, incluyendo la del gobernador, se sintieron liberados de cualquier compromiso, pues consideraban que era con Armando, cono con el PGI, y han lanzado a sus propias figuras a buscar la candidatura, recurriendo para ello a todo tipo de acciones, legales o ilegales, morales o inmorales, contribuyendo a la descomposición interna del PRD, frente a un PRI con claros avances electorales en la entidad.
En resumen, la muerte de Chavarría significó truncar la posibilidad de que la izquierda verdadera arribara por la vía pacífica al gobierno del estado en Guerrero, trunca también al PRD, en toda su amalgama de corrientes internas, de mantener esa posición en su poder y, asegura al PRI su regreso a Casa Guerrero.
De alguna manera se puede equiparar su pérdida con la del candidato priista a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú. La muerte fue la única manera de impedirle ser gobernador.
Referencias
1. ↑ Juan Cervantes.«Matan a presidente del Congreso de Guerrero», El Universal, 20 de agosto de 2009. Consultado el 2010-07-09.
2. ↑ Francisco Reséndiz.«El de Chavarría fue 'asesinato político': PRD», El Universal, 20 de agosto de 2009. Consultado el 2010-07-09.
3. ↑ Notimex.«Calderón reprueba asesinato de Armando Chavarría», El Universal, 20 de agosto de 2009. Consultado el 2010-07-09.
4. Wikipedia, la enciclopedia libre.
México está jodido II
-
*El texto siguiente es del escritor mexicano Heriberto Yépez y me pareció
harto prudente reproducirlo. (Osease, que me ahorró el trabajo)*
¿Ya llegó a su c...
Hace 14 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario