El enfrentamiento en el terreno electoral entre Manuel Añorve Baños y Ángel Aguirre Rivero, no terminó en el PRI. Todo indica que se llevará la contienda constitucional y el resultado es de pronóstico reservado.
Los simplistas dirán que si Añorve va sólo con el PRI y su leal aliado el PVEM, lo más seguro es que pierda la contienda frente a su primo, que estaría avalado por un gran frente antipriista formado por PRD, PT y Convergencia, quizás más el PAN y hasta con el Panal, pero corren el riesgo de equivocarse como se equivocaron antes cuando salieron presurosos a decir que el PRI tenía ya medio cuerpo en Casa Guerrero, después de las elecciones municipales de octubre del 2008.
Con Ángel fuera del PRI, Añorve queda como el líder único de lo que se quede del grupo que formaron juntos con su primo en el estado. Un sondeo que levanté personalmente en los enclaves más aguirristas de la Costa Chica, Igualapa, Ometepec, Tlacoachistlahuaca, Ayutla y Marquelia, entre otros, me arrojó que no el cien por ciento de los aguirristas lo seguirían si se fuera a otro partido. En especial las mujeres. Al menos en un 50 por ciento de las consultadas dijeron que se quedarían con su partido el PRI, es decir, el grupo construido por la dupla Aguirre-Añorve, es un grupo, en la base, de fuerte raigambre priista, ahí está por ejemplo el alcalde Tlapa, muy amigo de Ángel, pero ya dijo que se queda con el tricolor. Añorve es ahora líder indiscutible del PRI guerrerense y ahora si, con Aguirre fuera, lo que queda se ha cohesionado y se apresta a librar la madre de todas las batallas por recuperar la gubernatura de Guerrero para su partido.
Eso pasa normalmente cuando un líder importante, como es Aguirre, se va de un grupo, los que se quedan asumen con estoicismo un sentido de pertenencia tal que les hace redoblar sus esfuerzos por suplir la ausencia del que se fue. Eso hace desde ahora a los priistas, más guerreros y tienen, sin duda, en Añorve a un jefe político probado en la primera línea de fuego, que ha sabido venir de atrás y ganar. Así pasó en Acapulco, donde tras tres trienios de perredismo y partiendo de un nivel bajísimo de intención de voto tricolor, Manuel hizo una campaña tan exitosa que remontó la adversidad (hay que recodar que líderes como Chucho Bernal ya desde entonces habían mostrado el cobre y que hasta la secretaria general se fue con el adversario) y ganó la elección el 5 de octubre del 2008. Fue una azaña, se le vea por donde se le vea. ¿Qué impide pensar que esa azaña se repita ahora y obtenga para el PRI el gobierno del estado?.
Aguirre Rivero, en la decisión de salirse del PRI y buscar la gubernatura por la coalición antipriista, quiere ser el Malova de Guerrero y apuesta todo su capital y su futuro polìtico y el de su hijo, de tal modo que sólo tiene una opción: Ganar. De no hacerlo su carrera política habrá terminado, pues después de que es senador ¿qué más le puede ofrecer el PRD o sus partidos aliados? Tendría desde luego que descontar su relación con el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto (quien es uno de los damnificados por la deserción de Ángel del PRI) y muchas otras relaciones que ahora tiene por ser priista.
Su personalidad carismática y la suma de los votos duros darían aritméticamente lo necesario para ganar, pero no hay que olvidar que entre los guerrerenses hay desencanto hacia el PRD, que es el principal aportador de votos, y que eso y una buena campaña priista puede generar un deseo de dar una nueva oportunidad al PRI, por encima de las personalidades en disputa, eso sin contar que ahora existe en Guerrero un PRI fortalecido y con todo el respaldo nacional, con una importante estructura recién consolidada.
Así las cosas, la campaña apenas se está preparando para empezar, habrá una elección verdaderamente competida, en la que cualquiera de los dos candidatos (quizá haya tres si el PAN lanza candidatura propia) podría alzarse con el triunfo.
Lo fundamental de este escenario es que la izquierda desaparece de Guerrero y que de nada habrá servido el avance de hace casi seis años, cuando la gente le dio una oportunidad en la persona de Zeferino Torreblanca, porque en lugar de avanzar hacia la izquierda, se daría un tremendo retroceso al postular a un personaje formado toda su vida, en el PRI, es decir, paradójicamente, ES EL PRD el que intenta hacer regresar al PRI al gobierno en la entidad.
La izquierda habría perdido rumbo e historia...
En otra entrega hablaremos de lo que representa para Guerrero cada uno de ellos.
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