Y las campañas electorales por la gubernatura de Guerrero están cerrando el año sin que haya claridad aún sobre quien será el ganador de la contienda en los comicios del 30 de enero próximo.
Por supuesto que de los tres uno si gana, cualquiera que sea el resultado y ese es Marcos Efrén Parra, candidato del PAN a casa Guerrero y ello es así porque se erige como la única opción para quienes ya no quieren al PRD más en el gobierno pero tampoco quieren el regreso del PRI (de cualquiera de los dos pris que están en compitiendo contra él); ese hecho le asegura un crecimiento del número de sufragios que tradicionalmente no son muchos para el blanquiazul en esta entidad guerrerense, donde los mochos son rechazados con excepción de Taxco y lugares católicos cercanos.
Marcos Efrén ya ganó porque hoy él es el PAN en Guerrero. Es el único líder visible, es el más conocido y quien hará crecer el número de votos. Además la campaña que lleva es sobria y la hace únicamente con el dinero de las prerrogativas, que en su caso si se está usando para lo que debe ser, aunque al parecer, por el tipo de campaña, hasta le va a sobrar.
Pero de los otros dos candidatos, hay uno que ve esta campaña con desesperación pues si pierde, lo habrá perdido todo. Ese es Ángel Aguirre. Si pierde ya no tendrá partido para competir, sólo le quedará regresar al Senado, donde habrá perdido su capacidad de gestión pues si podía gestionar y si le abrían las puertas en las dependencias federales era porque formaba parte de la fuerte bancada priista, la del PRD en cambio es muy débil y para lograr algo tiene que buscar alianzas hasta con el PAN o con el propio PRI; ya no tendrá partido para volver a competir pues en el PRI lo expulsarán y en el PRD hay una lista muy larga que aunque ahora lo apoyaron porque pensaron que podían perder, en los plurinominales le van a pelear con uñas y dientes. Tendrá menos dinero, pues los partidos que recibieron las prerrogativas y que lo apoyan, no le dieron nada excepto algo de propaganda y muchos asesores, por lo cual él está gastando su fortuna personal y la de algunos de sus amigos.
Por eso para Aguirre el único futuro posible es ganar la elección, pero eso le representa cierta desesperación y un empuje en las actividades que no logra imponer su ritmo a los líderes de los partidos que lo apoyan y que no han terminado de arreglar sus problemas internos, en particular el PRD, que es el que realmente lo puede hacer gobernador.
Por eso al candidato le impacta cada vez que sabe que figuras y líderes de la izquierda perredista se suman a la campaña de su oponente y le desespera que aunque sabe que tiene simpatía entre la gente común, no ha podido hacer clic con las organizaciones de la sociedad civil, las cuales han estado siendo ganadas por su principal oponente.
En ese sentido, Ángel sabe que su triunfo dependerá no de la organización del partido que lo postula, que ha mostrado mucha desorganización, falta de unidad interna y que tiene muchos liderazgos que exigen dinero y posiciones antes de mover un dedo para la campaña, sino de la gente común, que tendría que ir masivamente a las urnas, sola, sin acarreos el día de la elección a llenar las urnas temprano, lo cual es hasta sólo ha ocurrido con dos candidatos que se sepa: Con Fox y con Zeferino, cuando la población estaba harta del PRI y decidió dar oportunidad a otros partidos de ejercer el gobierno. Una situación que no se vive en estas fechas en que ambos partidos PAN y PRD han decepcionado a esa sociedad que les confíó un cheque en blanco y no vio los cambios.
Por eso ahora su campaña ha entrado a la etapa de promover el voto antipri, cosa que le cuesta trabajo pues es casi casi hablar mal de él y de su pasado fresco y en ese caso se confronta con sus amigos tricolores que dudan entre apoyarlo a él o ser fieles a su partido.
Esa situación y las vacilaciones en el discurso, producto de la variedad de asesores que trae, le está generando un peligroso estancamiento, mientras observa como su oponente principal que viene de abajo, lo está alcanzando y en algunas regiones ya lo rebasó en las preferencias electorales.
Manuel Añorve en cambio, si perdiera la elección no se verá acabado políticamente, por eso su actitud en la campaña es más reposada. Si no ganara simplemente regresará a terminar su periodo, luego el partido lo hará senador y en el 2015 volverá a ser candidato a gobernador.
Su campaña ha sido exitosa gracias a los operadores estatales y nacionales que ejercieron un efectivo control de daños para impedir que se hiciera el hueco en las filas tricolores como se apresuraban a anunciar los aguirristas y perredistas, de tal modo que el PRI va a la elección con su estructura casi intacta, con recursos económicos suficientes y con una estrategia basada en que si ya tienen al voto duro del PRI seguro, ahora hay que ir por el de la sociedad civil organizada y por una parte del de la izquierda, para asegurar el triunfo.
En ambos flancos le ha ido bien. Por un lado las organizaciones no gubernamentales, que tienen estructura y capacidad de movilización ya están con Añorve en su mayoría, en tanto que al PRD le ha hecho pequeños huecos, que si bien no son ostentosos pueden ser determinantes en caso de que la población abierta, la no organizada, que simpatiza con Aguirre no vaya a las urnas por cualquier motivo.
Añorve sin embargo parece desdeñar o no ha logrado hilar una campaña a la población abierta y eso le puede costar caro. Si bien usa los mejores métodos del marketin, su efectividad de pierde en los detalles: por ejemplo sus planas en la prensa escrita y sus videos en la televisión a veces lo presentan hosco, no publican fotos de los buenos actos masivos, quizá sea un problema de los fotógrafos o de los que seleccionan las fotos, pero no hay buenas fotos, son muy planas, casi siempre del presidium, como si la gente fuera menos importante.
Dentro de su equipo hay demasiados generales que se pelean por el mando y al final quedan huecos que no son atendidos. Hay un pleito por ejemplo entre Efrén Leyva y René Juárez que quien sabe como vaya a influir y una actitud de importapoquismo del alcalde Chilpancingo que no abona a los votos que requiere la campaña para triunfar.
Así, entre Aguirre y Añorve los estilos están a la vista, uno piensa ganar con la población abierta, pues el voto duro de sus partidos coaligados está mermado en tanto el otro busca el voto propio y el de la sociedad civil organizada.
Uno trae un buen capital de popularidad que tiene que mantener para que no le pase lo que a López Obrador en tanto el otro está trabajando duro y va subiendo poco a poco y puede repetir el fenómeno Calderón o su misma proeza de Acapulco.
EN ESE TENOR, los candidatos Aguirre y Añorve prácticamente se han estado siguiendo los pasos en las regiones y en las propuestas de campaña, lo cual ha venido moviendo de alguna manera al electorado, que ya es muy reacio a dar su voto gratuitamente pues se ha abusado mucho de su buena fe..
En Acapulco los aguirristas le pelearon palmo a palmo el voto al ex alcalde mediante una campaña negra centrada en las deficiencias de los servicios, pero esa campaña llegó al tope y Añorve le pudo dar la vuelta a las pérdidas que traía luego de la inauguración del paso elevado Bicentenario, gracias a lo cual pudo ganar, hasta el momento la batalla. Además de que el alcalde José Luis Ávila, se consolidó en la alcaldía y al empezar a dar resultados como gobierno, ayudó indirectamente a su antecesor, lo que le permite a Añorve poner más atención en otras regiones. Mientras, la indefinición de Aguirre sobre La Parota, le costó puntos en las preferencias electorales.
En Costa Chica en cambio, la batalla la va ganando Angel Aguirre, sobre todo porque los regidores priistas aprovecharon para pedir dinero a los alcaldes a cambio de su fidelidad al priismo y como no les dieron, se les fueron a la yugular en Copala, Cruz Grande, San Marcos y Tlacoachistlahuaca, principalmente. Eso ha definido a la región por los agurristas
En la Montaña el voto se mueve como veleta. Aguirre y Añorve han debido ir más de dos veces cada uno. Si uno va un día el otro acude al día siguiente. Lo que está definiendo la preferencia es el abono gratuito, pues los campesinos de esa zona son tan pobres que están apoyando a quien se los ofrece gratuito. De hecho a Aguirre se lo dijeron sus simpatizantes en un evento en Cochoapa.
En la Costa Grande, los priistas han trabajado bien y en la semana que acaba demostraron mayor arrastre que los aguirristas en Petatlán, Zihuatanejo y Tecpan, además de una importante presencia en Coyuca y Atoyac, lo que definió a la región, con poco margen, a favor de Añorve.
La zona Centro está más que peleada. Los sondeos no dan hasta el momento a ninguno como vencedor.
Tierra Caliente fue inclinada a favor de Añorve gracias al poder de persuadión de un destacado priista que fue apoyado por un perredista de élite que se desprendió del grupo de David Jiménez Rumbo.
La Zona Norte parece ligeramente inclinada hacia Aguirre y ahí los añorvistas presienten que es poco lo que pueden hacer por avanzar, de modo que están tratando de no perder más votos.
En esta lucha electoral, EN TANTO, el PRD enfrenta una situación muy difícil a nivel nacional que amenaza con hacer de él un émulo del ex partido del Frente Cardenista, como palero del PAN, en una ruta en la que están a punto de perderlo casi todo, con excepción del DF y Michoacán. En ese sentido es interesante el análisis que publicó Baltasar Hernández del cual reproduzco un fragmento..
Los dados en el PRD.-
Baltazar Hernández
1.- La apuesta va en dirección del armado de coaliciones con otros partidos, incluyendo al PAN, para arrebatar el mayor número de puestos de elección popular al PRI, sin considerar que en esto pierde autonomía y la calidad de erigirse en un proyecto distintivo de Nación. Si esto sigue así podría convertirse en un PVEM, es decir, en un partido que aporta cada vez menos votos, pero que sirve de aliado necesario al que sólo se le darán algunas plazas de control administrativo y legislativo, si bien le va.
2.- La cúpula partidista se asocia con las élites en el poder, para sacar ganancias a corto plazo, desmontando así cualquier posibilidad de mantenerse como un partido sui géneris que luche por la conquista del poder y persiga metas que beneficien a las clases sociales no favorecidas por el sistema.
3.- La negación de apoyos a candidatos lópezobradoristas o que no acaten los objetivos de los grupos hegemónicos, lo cual da mayores márgenes de movilidad a los otros partidos. En esta fragmentación los candidatos pueden adquirir medianas cuotas de sufragios, pero por separado no significan problemas mayúsculos para el recuento general para el PRI o el PAN.
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