La lucha por el poder DE parte de gente desesperada porque en esta elección se juega todo su futuro político está llevando a la elección de gobernador en Guerrero por derroteros muy peligrosos que no pueden tener un final feliz.
La decisión de no acreditar al programa de televisión Trasfondo informativo para cubrir la marcha de cierre de campaña de Ángel Aguirre en Acapulco, no sólo es muestra de la intolerancia de la ex diputada federal Rosario Herrera Ascencio, hoy desempleada, sino que forma parte de toda una estrategia para cuidar que los medios independientes vean lo que están haciendo para hacerse del poder por el medio que sea.
Una parte de la estrategia de Ángel Aguirre es sólo dejar que cubran sus eventos los de la prensa vendida, dócil, la que cobró jugosas cantidades cuando fue gobernador interino y que no le importa su dignidad a cambio de soñar con el regreso de esos buenos tiempos en que a cambio de halagar recibían sobres amarillos, casas, departamentos, viajes y demás. Para eso se rodean de gente adocenada, que se pudo ver lastimosamente corriendo atrás de Remberto Valdés el pasado domingo al terminar la marcha, para recibir sus 500 pesos cada uno por decir que eran 80 mil cuando no llegaban ni a 20 mil, por ocultar los huecos que se pueden ver en las fotos panorámicas que ellos mismos enviaron con sólo agrandarlas un poco. Una marcha que no duró ni una hora, a la que el candidato llegó tarde, con grandes apreturas frente al templete pero holgada apenas a la altura del edificio Oviedo. Muy lejos de aquella portentosa marcha con que cerro Zeferino Torreblanca, cuando él fue candidato.
Eso es lo que no querían que se viera por la prensa independiente, para poder truquear la foto, mandar una toma aérea de lejos, con tráileres metidos a los costados para angostar la calle y dar la apariencia de que era una marcha larga. Se decidieron por engañar a la gente, en vez de permitir la información real y libre, por eso nos ningunearon, sin pensar que eso nos fortalece.
Vimos de todos modos como a otros compañeros de prensa no los dejaban subir al templete a tomar sus fotos y cómo los que recibirían la miseria de dinero que les ofrecieron, caminaban y corrían atrás de Reemberto Valdés, quien se burlaba de ellos, se metió al Sanborns para eludirlos, salió por la otra puerta, se subió a su camioneta y circuló lento hacia Las Hamacas, como para dar oportunidad a que los pobres “comunicadores” intentaran alcanzarlo en pos de su chayote. Esa es la prensa que ellos prefieren.
Pero bueno, lo de dejar acercarse sólo a la prensa vendida es sólo una parte de la estrategia para no perder esta elección. La otra parte se centra en ganar Acapulco con un gran margen de votos, para lo cual parecen dispuestos a hacer lo que sea y han echado a andar una pesada y peligrosa maquinaria.
De un lado, convirtieron al Congreso local, de ser uno de los poderes constitucionales, en matraqueros de Ángel Aguirre, a quien le aprobaron un presupuesto a modo, para poder decir que sus promesas si tienen sustento y las de Manuel Añorve no.
Aunado a eso, el congreso local se convirtió en el principal centro de ataque al paso elevado Bicentenario, al darse cuenta los aguirristas que éste fue pieza clave para que Añorve aumentara las preferencias a su favor que gracias a él, junto con el adecuado trato al tema de La Parota, había venido de abajo remontando los más de diez puntos que traían de diferencia y lo había alcanzado en las encuestas. El Congreso matraquero de inmediato citó al alcalde José Luis Avila, en plena época electoral, a que compareciera, para darle oportunidad a su principal crítico, Víctor Jorrín, de cuestionar en la caja de resonancia del congreso la principal obra añorvista en Acapulco.
El bisoño Ávila estuvo a punto de caer en la trampa y de ir a meterse a la cueva de lobos, como inocente corderito.
Pero eso no fue todo.
Paralelamente gente que conoce la operación de CAPAMA, probablemente de administraciones anteriores –se menciona incluso en algunos círculos un apellido de un ingeniero que tuvo un cargo operativo en la época de Miguel Castro Salas, un tal Serrano-, parece estar provocando fugas en torno al paso Bicentenario. De pronto, de la nada en 15 días se han registrado 13 fugas de agua en esa línea. Provocar fugas para quien conoce las líneas es muy fácil, sólo hay que abrir un poco más las válvulas y las viejas tuberías truenan. Pero hay que saber dónde están esas válvulas.
Como parte de ese plan es que gente del PT organizada por el regidor Genaro Vázquez, tomó este lunes la CAPAMA para impedir su operación normal y por eso otros simpatizantes aguirristas amenazan con tomar el pozo del Pedregoso, asegurando infantilmente que se hizo de noche, como si un gran pozo somero se hiciera en unas cuantas horas, para privar de agua a la zona de Pie de la Cuesta y del Pedregoso, así como a la Jardín, que al fin verían resuelto su problema histórico de falta de líquido constante.
También se trata de colapsar ese puente, no hay duda. También por eso se posaron en su parte superior 14 camiones de tonelaje prohibido el domingo de la marcha de Aguirre.
Se trata de que de aquí a las elecciones no funcione nada de las buenas obras que haya hecho Añorve por los acapulqueños, para afectarlo electoralmente a costa de también afectar a la gente de este puerto.
Pero las cosas han ido mucho más allá.
El domingo dos promotores del voto priista fueron dados por muertos por funcionarios del gobierno de Coyuca de Benítez, como se sabe a cargo de Convergencia. Por fortuna el pueblo los salvó de morir y los hospitalizaron.
Y este lunes un promotor del voto priista en Atoyac no corrió con tanta suerte y fue asesinado. ¿están sembrando el terror donde saben que van a perder la elección?
Antes, durante la campaña –y de eso no se puede culpar a los aguirristas pues las investigaciones a cargo del gobierno perredista no han terminado- fue asesinado el líder de comerciantes Antonio Valdés, no era una blanca paloma, pero era un importante promotor del voto priista. Luego fue secuestrado el ex rector Arturo Contreras, de quien hasta la fecha no se sabe nada, siendo el más importante promotor del voto añorvista dentro de la UAG.
Sánchez Nava y las inconsistencias.
Cuando golpearon a Guillermo Sánchez Nava –un viejo luchador de izquierda hoy suplido por un diputado local que se llevaba muy bien con René Juárez-, no quedaron huellas de sangre en el pavimento, si se supone que lo medio mataron y que su diagnóstico fue traumatismo craneoencefálico según su médico, un ex candidato del partido Convergencia a una delegación en el DF, uno creyera que debía haber quedado sangre en el pavimento.
La prensa pese a que llegó muy rápido –la prensa de Chilpancingo casi en su totalidad está con Aguirre pues vivió muy bien durante su pasado interinato-, no captó fotos del herido, más que de un cuerpo en una camilla, que por lo lejos no se puede reconocer ni ver el estado en que va.
Todos hemos visto que sobre todo la prensa de policía en Chilpancingo es hábil para mostrar hasta detalle de heridos o muertos, pero en esa ocasión no hubo fotos del daño.
Los más de 20m truhanes que golpearon a Sánchez Nava fueron tan tontos que le dejaron la cámara fotográfica, para que tuviera evidencias para incriminarlos, pero además, se pusieron playeras con la m de Manuel para que los pudiera identificar fácilmente; dejaron una gorra de las que regalan en campaña nuevecita, para que tuvieran evidencia fotográfica.
La familia tarda días en dar la cara.
El médico –une x candidato de convergencia- también tarda en aparecer y dar un certificado médico y tampoco hay fotos de cómo está internado en el hospital Los Ángeles en el DF.
Y LO QUE VIENE
Estos son sólo algunos elementos que llaman mi atención. ¿Qué más harán para no perder esta elección?
A Trasfondo informativo (que les trasmitió spots, informó de sus actividades semanales y dio foto, primero a uno de los asesores de Lázaro Mazón y luego a la propia Rosario Herrera) le negaron una acreditación. ¿Qué le harán si llegan a ganar o quizá antes?
Pero el valiente vive hasta que el cobarde quiere.
Allá ustedes si votan por esta gente, yo desde hoy les digo que no lo haré.
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