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Juliozenon Flores | Crea tu insignia

martes, 6 de abril de 2010

La autonomía, insistente proclama del nuevo rector

El nuevo rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) Ascensio Villegas Arrizón, estaba en su nido, protegido no sólo por los dos líderes de los sindicatos universitarios, el de académicos y el de administrativos, sino también por los dirigenets de las organizaciones internas más importantes, aquellas que lo apoyaron en la campaña e hicieron posible derrotar al candidato de varios personajes externos y a los intentos por vulnerar la autonomía.
Por si hiciera falta, en las cercanías habia cientos de estudiantes que vinieron de todas partes del estado pese a ser fechas feriadas aún, por la semana de pascua, por si hiciera falta, porque pese a las negociaciones que siguieron hasta el domingo pasado con el derrotado Rogelio Ortega y su gente, algunos de ellos, muy diminuidos pero no extinguidos, habían amenazado con realizar actos violentos para tratar de frenar lo que ya se veía como un hecho consumado. No hicieron falta, más que para ir a comer al salón Cuicali, un plato de birria y a tomar refrescos, en plan de festejo. Los orteguistas, abandonados de quienes estaban financiadolos, cada vez son menos y sus protestas se miran esmirriadas, sus activos no llegan a decenas.
Pero aquí, en el interior del auditorio de esta universidad de medio siglo, todo era alboroso, saludos de mano, palmadas en el hombro, reencuentro de viejos conocidos, ocasión para escuchar y recordar a la Tuna universitaria y al tenor de siempre con el himno de la UAG. Todos de pie, cantando.
El rector saliente, Arturo Contreras Gómez, hizo su discurso, ungió a su sucesor y se fue, seguido de cerca por el leal Javier Saldaña, hasta el último momento Director de Planeación, el cargo más influyente, en la administración que se va y a partir del lunes quien sabe, pero con la sonrisa en los labios del que sabe que cumplión también con el rector que llega.
El nuevo rector, alcanzó a decir el si protesto, en respuesta a las palabras de Contreras, antes de que en el pequeño auditorio estallar el !Si se pudo!, grito de guerra de las causas dificiles y vaya que estaba dificil ganarle a cuatro ex rectores juntos, a un candidato popular, bien preparado,  apoyado desde la presidencia del Congreso local y desde el gobierno del estado, no solo moralmente, sino de muchas otras maneras.
Por eso el grito de !!!si se pudo!! adquiere aquí matices de azaña y hasta de reclamo, ante la cara del gobernador Zeferino Torreblanca, que hace esfuerzos por parecer sereno, pero el disgusto le brota indefectiblemente, como él mismo dice, se le endureció la piel tras cinco años en el gobierno, pero no aprendió a fingir como fingen muchos.
Y ahí el revire de Torreblanca, mostrando su lado valiente, su lado honrado, su lado leal a sus amigos: entre ligeros abucheos y algunos aplausos, hace un reconocimiento a Rogelio Ortega Martínez, "un hombre con altura de miras", lo considera. es valiente reconocerlo en un auditorio hostil, es honrado hacerlo, pues siempre se supo, pero no lo reconocía públicamente, que Ortega era SU candiato, y leal, que aún en la adversidad, le haya reconocido.
El auditorio no lo tomó a bien. Ya el nuevo rector habia dicho en su discurso que respetaría el derecho a disentir, que su administración será plural -por obvio también con orteguistas-, que impulsará un nuevo modelo de universidad, a través del cuarto congreso universitario y que buscará encabezar cambios para una nueva forma de elección de rector que no provoque tanta confrontación interna, pero había sido enfático en repetir su defensa de la autonomía, sin autonomía nada podría florecer, ni la democracia, ni la pluralidad, ni la calidad académica; tenemos que reforzafr la autonomía, le decía al auditorio, a la prensa ahí presente, al gobernador y al congeso local (aunque su presidente no estuvo, si había representantes) que mostraron el deseo de intervenir, de erigirse en jueces de asuntos internos, de cambiar los resultados adversos y de poner a su candidato, como hacen en sus partidos políticos los caciques.
Por eso el auditorio no lo tomó a bien, por eso hubo abucheos, que claro, seguro la prensa vendida no escuchó. Pero el gobernador aguantó a pie firme y todavía, además de presumir los apoyos que otorgó a la pasada administración, dijo que seguirá apoyando a la actual, "sin violentar la autonomia, en coordinación". Aguantó, de todos modos ya se sabe que le gusta ir contracorriente.
Los universitarios no lo esperaban y no ocurrió. Pero entre algunos periodistas -ingenuos- se comentaba lo grande que se hubiera visto la figura de Rogelio Ortega, entrando al recinto a levantar la mano del triunfador, como una muestra de civilidad, de que en la UAG si hay cerebro. Pero alguien, otrora admirador de Ortega mató la ilusión: "de que sirve tanta teoría, si a Rogelio lee gana el hígado", dijo. Los demás sonrieron.
Por lo pronto aquí no se miró aún el aire del cambio que prometió Arrizón: el mismo ritual, el besamanos, los abrazos, el golpe en el hombro. Las felicitaciones, sobre todo a Efrén Arellano y la maestra Elvira, únicos destatapados en la entrevista con el rector, el primero como secretario particular y la otra como cajera. Los apretones fueron más fuertes y la promesa del festejo también.

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