El zigzag hacia la gubernatura

(ideas sueltas)

Estará claro ya a estas alturas, que el camino a la gubernatura no es de ninguna manera una línea recta, ni pasa sólo por las decisiones de uno o dos de los partidos políticos. Depende también, a veces de manera decisiva, de factores externos a los partidos, tanto de la sociedad, como de los –y preponderantemente- de los poderes fácticos, así como de los escenarios nacionales e inclusive internacionales.
¿Qué hubiera pasado por ejemplo si realmente un tsunami hubiese golpeado a Acapulco ese sábado de miedo sembrado por el noticiero internacional CNN, cuando se buscó sin encontrar a ningún funcionario municipal de los de primer nivel? La carrera política del alcalde hubiera terminado y habría un precandidato menos a la gubernatura (y me refiero sólo al efecto en la política).
En ese sentido uno lee en la prensa que de pronto Rubén Figueroa Alcocer decide llamar al figueroismo a apoyar la precandidatura de su pupilo Héctor Vicario Castrejón y lo primer que nos preguntamos es ¿qué le llevó a ello? ¿cuándo o en qué momento salió mal con Manuel Añorve a quien estaba apoyando? Y, bueno ¿qué papel jugó en las decisiones que siguieron en torno a los encuentros y desencuentros de los priistas que buscan la candidatura de su partido, la detención del ex figueroista Rogaciano Alba, la amenaza a Añorve por medio de una mujer violentada y la renuncia del director de seguridad pública de Acapulco por supuestos problemas de cáncer (¿a poco cuando llegó a ese cargo no lo sabía o no lo tenía; pretenden que creamos que se le desarrolló en un año en ese cargo?).
Estos hechos, la detención y la amenaza, aparentemente ajenos a la política, movieron piezas del escenario preelectoral, sin duda.
Se deduce que tuvieron que ver con la aparición de una foto de Ángel Aguirre, con Manuel Añorve y Héctor Astudillo, en una supuesta reconciliación y que se fortalece con otra donde se ven a Añorve y a Aguirre (por cierto muy mala foto pues se ve posada y falsa) tomados forzadamente de la mano y sonriendo con cierta exageración.
La conclusión lanzada por el PRI y que fue retomada con entusiasmo por los aplaudidores oficiales es que ellos ya se arreglaron, que ya hay unidad. En lo personal si creo que ya se arreglaron, pero para mal, que las cosas en el tricolor ya están más o menos definidas hacia uno de ellos, pero que eso no garantiza su verdadera unidad, al contrario, eso terminará con la ruptura de uno de ellos, muy probablemente Astudillo, quien en estos momentos se convierte en un personaje importante que puede inclinar la balanza electoral para uno u otro lado.
En tanto en el PRD, la foto filtrada del suspirante Armando Ríos Pitter (por cierto destapado en horario triple A por la televisora oficial RTG o Soy Guerrero, el pasado 17 de enero, en cadena estatal, en el marco del informe del alcalde de Atoyac, Armando Bello Gómez) al lado del líder ganadero atrapado por sus vínculos con un cartel de la droga, Rogaciano Alba, tiene también un impacto en la lucha interna por la candidatura.
Si se pretendía descalificarlo, quizá no se haya logrado y por el contrario se le vea ahora como un hombre al que hay que respetar, tanto por el vínculo revelado en esa foto, como por el aparente respaldo que tiene del grupo de Alejandro Encinas y del gobernador del estado. Tres respaldos importantes, que lo convierten en un fuerte aspirante que además le es simpático a los panistas por sus ligas con Florencio Salazar (su padre putativo), frente al pleito que se  traen los dos senadores, que no han captado la necesidad de unir fuerzas y de ir juntos por la candidatura frente a hombres tan poderosos como Ríos Pitter y el propio Luis Walton, líder nacional de Convergencia y con un buen cartel en Acapulco y cercanía con López Obrador.
En el PRD no hay acuerdo aún, pero Walton y Ríos Pitter se perfilan hoy como los hombres más fuertes de la contienda interna, lo que sólo podría cambiar si los dos senadores, Lázaro Masón y David Jiménez, se unen y si, como se espera, Astudillo quede como el cabo suelto del PRI para ser invitado a encabezar una alianza antipriista que podría ganar la gubernatura.