LOS CANDIDATOS Y LA ALIANZA

Rumbo a las elecciones del 30 de enero del año que viene tenemos hasta el momento a 11 personas que aspiran primero a ser candidatos por las dos alianzas partidistas que estarán en la disputa y luego a gobernar este pobre estado de Guerrero.
Por la alianza que encabezará el PRI (que estará integrada sin duda por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y quizá también por el PANAL)  son cinco: Angel Aguirre Rivero, Manue Añorve Baños, Héctor Astudillo Flores, Héctor Vicario Castrejón y Efrén Leyva Acevedo; por la alianza que encabezará el PRD (formada sin duda por Convergencia, PT y PAN): David Jiménez Rumbo, Lázaro Mazón Alonso, Cuauhtémoc Sandoval Ramírez, Alberto López Rosas, Armando Ríos Piter y Ramón Almonte Borja.
El PRD, siendo el partido en el gobierno, enfrenta una tendencia a la baja en las prefenrencia, después de haber mostrado un pobre desempeño en el ejercicio del poder, tanto en los municipios que ha gobernador, donde los ciudadanos los castigaron al retirarles el apoyo en la mitad de los municipios que gobernaba, incluyendo los más importantes como Acapulco, Iguala y Zihuatanejo, como en las diputaciones, donde llegó a tener la mayoría del congreso y no fue capaz de legislar a favor del pueblo que dice representar y, en el gobierno del estado, donde a cinco años de gobierno no ha mostrado nada que lo diferencie de los gobiernos priistas que vino a sustituir, a no ser una más baja eficiencia en el ejercicio de los programas cuyos recursos incluso se han regresado a la federación, por lo cual es muy poco probable que pudiera ganar de nuevo la gubernatura a no ser que concretice la alianza antipriista.
El PRI, por el contrario vive momentos de resurgimiento, debido por un lado al desengaño ciudadano al probar a gobiernos de otros partidos que no han dado resultados prácticos en el modo de vida de las mayorías y, por otro lado, a que ha mostrado capacidad en sus legisladores y en los estados que ha gobernado, por lo cual está ante la posibilidad de retornar al gobierno estatal, a no ser que la oposición concretice ese frente opositor del tricolor tan temido.
Los ciudadanos desde nuestra trinchera observamos con cierto escepticismo pues ya vivimos los gobiernos del PRI en donde prevaleció la corrupción, la prosperidad de unos cuantos caciques y la incapacidad de desarrollar al estado,, manteniendo con ellos elevadas tasas de analfabetismo, pobreza, desempleo, criminaliudad, incomunicación, pero el gobierno del PRD no representó ningún cambio favorable a los ciudadanos a no ser de las familias favorecidas por el gobierno. a tal grado que ahora se dice que, por ejemplo, Gloria Sierra de ser una humilde propietaria de una papelería en Acapulco pasó a ser una riquísima propietaria de las franquicias de Ofice Depot; que el propio gobernador Zeferino Torreblanca se hizo de la franquicia de los Oxxos y que a últimas fechas construye una plaza comercial en un terreno de la costera, junto a las oficinas de Telmex, entre muchos otros negocios que se podrían mencionar, sin dejar de lado las riquezas que se dice recién adquirieron otros amigos del gobernador como Carlos Alvarez, Fernando Donoso, Rubén Padilla, entre otros; además de esos díceres populares, no se ha visto avance ni en educación ni en salud, ni en comunicaciones, ni en empleo, ni democratización, antes al contrario, la prensa ha sido maltratada en sus giras y eventos.
Ante ese panorama, de que ni el PRI ni el PAN nos han dado buenos resultados (con la honrosa excepción de Manuel Añorve en Acapulco y de Armando Bello en Atoyac, que si están mostrando buen desempeño en sus municipios), los ciudadanos debemos analizar muy bien a quien daremos en esta ocasión nuestro voto.
Ya vimos que no es un asunto de ideología o de partido, pues da igual que se digan de izquierda o de derecha, que sean del PRI o del PRD, de todos modos no dan resultados, por lo cual, en esta ocasión debieramos de pensar primero en el candidato, en un personaje que sea capaz de dar resultados prácticos, reales, que represente un mejor futuro para el estado de Guerrero, sin importar el partido a que pertenezca o que no sea de ninguno de ellos.
En ese sentido, personalmente creo que lo primero que tenemos que dejar de lado, es decir, no votar por ellos ni en las internas ni en las encuestas de los partidos, son quienes representan al caciquismo, viejo o nuevo (por el PRI Héctor Vicario que representa al figueroismo, arcaico y pasado de moda, Angel Aguirre, que representa al cacique de pueblo bonachon, pero incapaz de mirar a la modernidad, Efrén Leyva, prototipo del cacique político defraudador) lo segundo que debemos desechar es a los personajes grises que pese a llevar años en la política no han podido dar color: por el PRD Lázaro Mazón, mediocre ex alcalde, político de bajo perfil; Davíd Jímenez, Alberto López, Ramón Almonte) y así nos quedariamos sólo con cuatro precandidatos, dos del PRI: Héctor Astudillo y dos del PRD, Armando Ríos y Cuauhtemoc Sandoval.
En el PRI, uno de ellos de perfil popular, de buena madera política, pero con poca relación con el centro y poca visión de modernidad, lo que dejaría a uno solo de ellos dos como el aspirante perfecto, buen desempeño mostrado en el ejercicio de gobierno, buena actitud personal, de consensos, habil, buenas relaciones con instancias públicas y privadas que tienen que ver con las inversiones y visión de modernidad: Manuel Añorve Baños; en tanto en el PRD, uno de ellos de buen perfil ideológico, de origen y formación realmente de izquierda, sin duda de buenos sentimientos a favor del pueblo, pero sin ninguna experiencia ni conocimientos de la cosa pública, lo que dejaría al otro personaje, sin ideología, pero de formación modernista, con buenas relaciones con el centro, con la IP y el gobierno federal, de formación académica en los mejores institutos y con visión de mundo moderno: Armando Ríos.
En mi opiniòn Añorve y Ríos representan lo mejor de entre los precandidatos, en cuanto a preparación y posibilidades de un desempeño que modernice al estado de Guerrero, pero de entre ellos me inclino por uno que no tiene mayor vocación popular y genera mayores consensos: Manuel Añorve, buen alcalde, buen legislador, buen cristiano, buen padre de familia, sin duda sería el mejor gobernador.
Las posibilidades de que sean candidatos, tanto de Ríos como de Añorve, no son tan abundantes, porque a los partidos lo que menos le interesa son los ciudadanos.