Aunque la gran mayoría de universitarios guerrerenses ya tiene definido su voto, el día de hoy no está claro aún quien de los dos candidatos, Ascencio Villegas Arrizon o Rogelio Ortega Martínez, como rector, significaría un avance para la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) y no es que sus campañas hayan sido malas, por el contrario, pese a algunos percances mejores, ambos realizaron una campaña de altura, con propuestas muy precisas, sin embargo, el universitario reflexivo tendrá dificultades a la hora de estar ante la urna para decidir or uno o por otro.
Y es que el asunto no es sólo de nombre del próximo rector, es mucho más que eso. Si los juzgamos por su edad, son muy parecidos, si por su formación académica, también son similares, si por el número de grupos internos que los apoyan, igualmente hay similitudes si por sus propuestas, éstas son esencialmente las mismas y en la realidad ni uno ni otro podrán hacer cosas muy diferentes a las que ha hecho hasta ahora el actual rector Arturo Contreras Gómez y a las que hicieron sus antecesores.
La diferencia en cuanto a ingreso a las facultades no es tal. En la realidad no puede darse el pase automático de las prepas a las escuelas de educación superior. Eso no depende del rector en turno; tampoco se puede eliminar el examen de Ceneval sin provocar serios problemas a la UAG, entonces esa propuesta no hace ninguna diferencia entre los contendientes.
Incluso, tanto Arrizon como Ortega, son hijos putativos del extinto Rosalío Wences Reza y partidarios del eslogan de la Universidad Pueblo.
La diferencia puede hayarse en los grupos que los apoyan, pero éstos son como el mercurio, sólo pueden estar separados poco tiempo: los mismos que ayer eran enemigos hoy son amigos y viceversa, aquellos que antes era amigos ahora son enemigos. El asunto, en el fondo es quienes de ellos controlarán al nuevo rector y con ello la distribución de los recursos, de las categorías, de las becas y aún así, el que gane no podrá llevarse todo ni actuar sin el consenso de los otros.
Entonces ¿Qué pelean?
Un elemento que pudiera también diferenciarlos es el tipo de apoyos que tiene cada uno y no me refiero sólo a los grupos, sino en conjunto a la tendencia de los apoyos: Arrizón tiene la posibilidad de ganar con una defensa de la actividad al interior de la casa de estudios, con el apoyo únicamente del rector actual y de quienes se nuclearon en torno suyo, mientras que Ortega de ganar se lo debería en lo fundamental a los grupos externos que pudieron orientar el voto al interior de la UAG (por los respaldos que tiene de los alcaldes priistas Astudillo y Añorve y del gobernador Torreblanca), pero ambos estilos, el respaldo de fuerzas internas y el de las externas, tampoco se contraponen, al contrario, se complementan.
Lo importante es que ambos se esforzaron por hacer propuestas, algunas de ellas viables, otras útiles sólo para jalar votos, pero en general, la universidad no podrá permanecer estática después del 6 de abnl en que tome posesión cualquiera de los y no podrán seguir postergando lo verdaderamente importante: la aplicación de mecanismos de transparencia en el manejo de recursos públicos asignados a la UAG y replantear el método de elección del rector.
Así pues, gane hoy quien gane, la universidad habrá ganado si el otro respeta al ganador y se suma.
Sólo perderá la UAG si se pierden los estribos y los jóvenes votantes llegan a la violencia física, sin entender que aquellos por quienes se han dividido, luego del proceso, se volverán a unir, como el mercurio.
La violencia pues, es lo único malo que le puede pasar a la UAG.. Votemos en paz y respetemos el resultado.
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